Sobre mi
En general…

Empezaré anunciando que estoy loca como una cabra, soñadora empedernida, polifacética y multifuncional. Desde niña soñando con hacer cosas grandes con poco esfuerzo, lo que denota que tengo poca paciencia y, a pesar de eso, sin abandonar nunca mis proyectos, por muy a largo plazo que sean. Soy de ciencias, con el sueño de siempre de ser biologa, exáctamente biologa espacial…. y, si no nos subimos tanto por las ramas, bióloga marina. Ese deseo viene de dos autores, uno de ellos ruso y fantástico, Kir Bulichov, que relató las aventuras de una niña del futuro, Alisa… y el otro, inglés, realista y primer biólogo poseedor de un zoo que no solo exponía los animales, si no que también los preservaba, Gerald Durrell. A pesar de ser de ciencias, me encanta la lectura, aunque nunca consigo retener ni nombres ni fechas, lo que me convierte en una pésima historiadora. Pero me quedo con lo mejor de los libros, el mensaje oculto, el que es único y especial para cada uno de nosotros. Esa adicción a la lectura se la tengo que agradecer a mi padre que se empeñó en que me informara, me prohibió la tele durante casi toda mi infancia y me entregó los clásicos. Esas novelas, el sentimiento de no pertenecer a ningún sitio, la soledad y los animales me convirtieron en lo que soy.

Los principios…

Nací en Rusia comunista, lo que era un paraiso para los niños. Sin propiedad privada, sin vallas, con todo el mundo a mi alcance, de mi propiedad. Al ser medio extranjera no terminé de integrarme bien, lo que me convirtió en un ser bastante solitario, a lo gato, capaz de disfrutar con mi propia compañia y entretenerme con cualquier cosa. Cazar ratones incluido… Al llegar a España, se repitió el proceso, volvía a ser medio extranjera, sin integrarme del todo, pero en un país con propiedad privada, que por supuesto, no entendí. Lo único para lo que me sirvió es para aprender a saltarme las vallas. También aqui descubrí la naturaleza, las vacas pastando en los campos, los bosques llenos de mochuelos y conejos. Los ciervos por la ventanilla del tren. Conocí y comparé y ahora amo profundamente ambos paises y no paro de quejarme de los dos. No terminé los estudios por culpa de una pataleta infantil y me metí a trabajar de camarera durante una gran parte de mi vida. Largos 10 años o por ahí. Pero el destino o lo que sea me siguió zarandeando a capricho y yo no tenía nada en contra de ello. Es mas divertido así. Y, a raíz de abrir ordenadores para ver por que hacen tic tac, volver a ensamblarlos, sufrir explosiones varias, llenar la casa de humo y demás peripecias, la gente comenzó a llamarme ‘informática’. Y de eso trabajo ahora.

Futuro…

Pero esa no es la meta. Sigo con mi sueño infantil de ser bióloga, pero aun me estoy preparando emocionalmente para retomar los estudios y, mientras tanto, me dedico parcialmente a mi segunda pasión: inventar historias y dibujarlas. Y, si lo cogemos, lo mezclamos y lo removemos y lo agitamos (y luego apagamos las llamas) con mi trabajo de informática, sale el mejor hobby del mundo: Los videojuegos =D Para conseguirlo, en el 2010, un año redondo y muy significativo para mi en muchos aspectos, me apunté a un postgrado de diseño y programación de videojuegos saltándome descaradamente todo lo anterior (selectividad y carrera de informática) donde conocí al que es ahora el programador de mis sueños y el que me ha aceptado como la diseñadora de los suyos. Y juntos hacemos juegos. Así de facil. El resto, se irá escribiendo…